Cierto adolescente que no importa para nada saber quién es, volvió a contrarse con cierta señorita mucho mas bonita que el promedio, digo volvío por que ya había sufrido sus encantos en el ómnibus, vivían mas o menos cerca no tanto para vecinos, pero en el mismo barrio... y coincidieron en el gimnasio.
Él todavía en desarrollo dando dura batalla en las máquinas por ganar unos centímetros mas de músculo...
Ella no, florecida como un pochoclo sobre todo su escote, quemaba calorías como una usina frente al espejo, quemaba calorías, quemaba neuronas, quemaba las corneas de verla y en días de humedad era su transpiración y su entrepierna tapada con Lycra y recalentada de tanta fricción... el néctar mismo de la juventud! ahhh que rico! Eran los 80s no se si usan aún por cierto.
Un día éste adolescente decidió (una de las primeras decisiones al respecto) progresar en su deseo, salió compro una bonita bermuda de verano, paso tardes completas en el patio de su casa, desarmó la bici, la lijó, la pintó, la dejó un espectaculo y cuando se alinearon los astros se puso la bermuda nueva y se subió a la bici con rumbo fijo a la casa de la famosa portadora de calzas negra con tanguta arriba... Pero cuando le faltaba media cuadra por llegar pensando arduamente como romper el hielo, la escusa, lo que sea... ve como la avispada sube muy coqueta a una hermosa coupé japonesa de uno de los musculosos del gimnasio...
Y de ahí me rajé el culo pedaleando de vuelta casa en la bicicleta de mierda esa.
Colorín colorado...
Hace 6 años
